Oriundos de la lluvia: El rostro del rayo


A mediados de este mes de Marzo unas fuertes lluvias azotaron mi ciudad y mi país. Estos diluvios afectó de muchas maneras este territorio, lamentablemente muchas personas sufrieron daños por los fuertes vientos y las tormentas eléctricas constantes. De todos modos la lluvia encuentra varias facetas y un gran cauce de inspiración para nosotros los escritores. "Oriundos de la lluvia" son una serie de poemas que funcionan de forma aislada pero buscan retratar un paisaje de diluvios, tormentas y sus muchas facetas. También esta serie de poemas representa mi propia evolución, pues son obras que guardan cierto tiempo entre ellas. 




"El rostro del rayo" es la cara mas fiera de la lluvia, de la tormenta y los azotes fuertes. Los fenómenos meteorológicos encuentran dos puntos de fascinación para mí: por un lado nos recuerda lo pequeños que somos, por otro, nos llenan de preguntas. A cada pregunta se abre un manojo de posibles respuestas, ciencia, religión, lo que sea. Cualquier cosa que quiéramos responder alude, al igual que el miedo, a nuestra humanidad. De eso trata este poema. Disfrútenlo.

Oriundos de la lluvia:

El rostro del rayo


En estos días de lluvia
clavo mi mirada en el espejo engañoso
de mi ventana. Las espadas del viento
chocan violentamente contra los árboles,
cortando sus plumas.
Se desparrama una oscuridad desconcertante
en este día que es noche,
y el paisaje tenue de mi cuarto
refugia de la guerra de las afueras.
Las nubes chocan estruendos,
y el pálpito de las gotas
se oculta detrás de los truenos
que vibran en una explosión.
Todo es incierto.
Los relámpagos se hacen ver en el cielo,
centelleantes, como espigas
de un sol de falso,
que iluminan por segundos los temores,
como un faro de las tinieblas.  

Entonces yo, en esta coraza,
me sé tan humano
que solo quiero entre las nubes reconocer
el rostro del rayo,
contemplarle al bajar con su mano el fuego
azotando la tierra,
y verlo blandir una feroz lanza de destellos
haciendo temblar todo alrededor.
Quiero ver aquello que tanto me recuerda
la esencia de mi humilde humanidad,
Sea deidad o naturaleza
-si es que hay diferencia-,
sea un poder divino e indoblegable
sea conocimiento y ciencia.  

Es así que en estos días de lluvia,
de espadas de viento, tambores de gota
y lanzas de luz,
miro atentamente a la ventana
y busco respuestas.  

El firmamento me deslumbra
pues los buques grises forman una pasarela
por la que se hace paso el Sol dorado,
iluminando un camino de preguntas.
donde aguarda entre tantos otros,
el temido rostro del rayo.

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