La Calma



La siguiente poesía que presento forma parte de mis últimas obras concebidas, es hija de una tarde triste pero resiliente, que cerró con felicidad y esperanza, estructura similar a la del poema. También busco experimentar más con el elemento fonético de las palabras, lo cual no es mi costumbre, pero me gusta probar varias formas de mis letras para no pecar de monótono o conservador; si algo debe hacer la literatura es no rechazar el cambio y abrirse paso por nuevos caminos. 

Espero les guste, muchas gracias.



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Calma



Lágrimas que caen del cielo
Caen sobre el velo
De un alma de seda 

Mira por el viejo vitral,
Solo quiere pernoctar
Bajo la alameda

Más allá, está el tormento ruin,
El recuerdo del fin
Del madrigal que murió

Camina por la calle un ser afin
Del demonio caín
Que un poeta soñó

Y pausado el vivir
Encuentra un jazmín
Que en viento se disipó

Lleváronle a una fuente
Las brisas carentes
De escaramuzas impías

No atacáronle entes
aciagos, acechantes
De drenar su energía

Sintióse tan fuerte
Que rechazó ser portante
De un alma vacía

Y no es inmune al dolor
Más todo color
De su esencia venera

Y no tiene prisa
Ni aún cuando hay risa
Ni días de guerra

En su fuente hay calma
Y conserva su alma
Su tacto de seda

Y aún en la incertidumbre
Ninguna pesadumbre
Lo levanta de la alameda

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