La corona del Sol

La corona del Sol


Serpentea un rumor de agua

casi mudo, queriendo besar al río.

Yo me hallo aquí, solo, desdibujado,

Mi alma anida en cada cosa,

y tan lejos, todo se acaricia en el aire

Escuché un canto de la playa:


¡Tú, árbol, que mece sus hojas finas

el más bello eres hoy!

¡Árbol que baila sus hojas finas

sobre tu testa posa el Sol!


Y la corona deja un halo en el agua 

de mil perlas naranjas 

y el rey baila de alegría 

con su luz insólita, su reflejo hermoso,

y sus hojas olvidadas

que por ser finas no las quiso 

y comenzó a despreciarlas.

 

Fue estrella esa tarde, 

por bello y por suertudo,

y rondaba sobre el cielo,

brillante, brillante la luna

observando como la tenue marea retoma

su canto de viento crispado,


¡Tu, árbol, del Sol en tanta estima

escucha está canción,

que mientras escuchas está rima

tu corona se cayó!


Y se escondió atrás del horizonte 

como una moneda 

en la alcancía de la memoria.

Tantas lágrimas se dio aquel árbol 

que el firmamento se hizo de amatista.


Todo esto vieron mis ojos muy bien.

y dígome que nadie es monarca de nada 

más que de, acaso, nuestras hojas finas

Todo poder será, finalmente,

una corona del Sol que vendrá pronto a caer.

 




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