Libro leído, senda pisada, hechizo perpetuo
Una tropa de hileras inundan los paisajes de pequeñas láminas encuadernadas. Los pequeños dibujitos crean no solo un camino de letras en la hoja, sino también un mundo implícito, más allá de este. Si intentaramos explicarlo a una persona que nunca ha leído ni sabe lo que es un libro, es difícil que pueda entender cómo algo tan extraño como tinta sobre un papel puede hacernos sonreír, llorar, hacer soñar o creer en cosas inimaginables. En frente a otros medios como el cine, los videojuegos o la música, la lectura es considerablemente menos estimulante, no capta nuestra atención de un modo tan intuitivo como puede hacerlo un largometraje lleno de imágenes y sonidos. Un libro se abre ante uno cual un camino , el fin de la senda se muestra ante uno y parece visible; aventurarse y llegar al fin, pero más aún aventurarse y entender el viaje, quererlo, apreciarlo. No podrías reproducir el camino como una película ni una canción, serán tus ojos quienes se paren palabra por palabra y ni aún así...